Si algún jugador tiene todas las señas de identidad de un fichaje ‘típico’ del Barcelona, ese tiene que ser Dani Alves.
Con el potencial de ser de lateral derecho lo que Roberto Carlos fue de lateral izquierdo, Dani Alves lo tiene todo: ritmo en abundancia, agresividad, habilidad, actitud y una energía aparentemente ilimitada. ¿Quién necesita un lateral derecho cuando Alves juega de lateral derecho?
Nacido en Juazeiro, Brasil, en 1983, Daniel Alves da Silva llamó la atención de los europeos por primera vez mientras jugaba para Brasil en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA de 2003. El Sevilla fichó a Dani procedente de su primer club profesional, el Esporte Clube Bahía, y durante la temporada 2003/04 empezó a brillar de verdad en el fútbol español. Como parte del equipo de Sevilla que ganó la Copa de la UEFA en temporadas consecutivas, Dani Alves comenzó a desarrollar su reputación como un defensa duro y merodeador. De hecho, en 175 partidos de su carrera con el equipo andaluz, Alves anotó 11 goles, nada mal para alguien que no lanzó los penaltis.
Después de la temporada 2006/07, el Chelsea parecía estar a punto de fichar a Alves, al menos eso pensaba. No contaron con el poderoso e idiosincrásico presidente del Sevilla, José María Del Nido, quien se opuso a los métodos del Chelsea e insistió en esperar una tarifa de transferencia que incluso el Chelsea pensó que era demasiado alta. Para disgusto del jugador en ese momento, Alves comenzó la temporada siguiente como un jugador del Sevilla poco dispuesto. Luego siguió uno de esos ‘si no le gusta que se quede en la reserva toda la temporada’ que a los presidentes les encanta hacer y la relación entre club y jugador apareció irremediablemente destruida.
La trágica muerte de su compañero de equipo Antonio Puerta, sin embargo, puso las cosas en perspectiva para todas las partes involucradas y Alves llegó a hacer 33 partidos de liga con el Sevilla, en lo que resultó ser su última temporada para ellos.
Cuando se fue, en el verano de 2008, como el lateral derecho más caro del mundo por un precio total potencial de 35 millones de euros, Alves se fue del Sevilla entre lágrimas con la memorable frase de que llegó al club siendo un niño, pero lo dejaba como un hombre.
Al ver a Alves jugar para el Barcelona ahora, es difícil imaginarlo jugando para cualquier otro equipo. Su estilo exuberante encaja completamente en su nuevo entorno. Parece estar en defensa un segundo y en ataque al siguiente y su entusiasmo incansable se ganó rápidamente a la afición local. Aparentemente en muy poco tiempo, desarrolló una relación intuitiva con Lionel Messi que los ve vincularse en el flanco derecho y cautivar a la oposición.
Ahora totalmente establecido en la selección brasileña: marcó uno de los tres goles en el equipo que ganó la Copa América en 2007, Dani Alves puede presumir de ser el mejor lateral derecho ofensivo del fútbol mundial moderno.
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